Our Story
¿Cómo comenzó esta aventura?
Mi nombre es Carolina Parra Fischmann y les quiero contar un poco de mi historia. A mi siempre me encantó organizar todo lo que estaba a mi alrededor y también la cocina desde muy chica, así que quise estudiar para chef a penas salí del colegio pero mis padres no me lo permitieron, ya que por allá en los 90´s aún no existía ninguna buena academia para estudiar cocina. Así que fui a la universidad como todos mis hermanos, y por más que era la menor, la rebelde, no me pude escapar de eso. Y ahora entiendo por qué mis padres me empujaron a seguir una carrera universitaria.
Luego de terminar mis estudios universitarios mientras criaba a mi hija mayor y esperaba a la siguiente, comencé a trabajar en sociedad con una amiga. Abrimos un negocio de menús para comedores de empresas donde pudimos aprender bastante sobre el manejo de proveedores, stocks, costos, entre muchas cosas más. Este negocio me ayudó a conseguir experiencia y confianza para desarrollarme en la industria. A la par, trabajé en mi propio emprendimiento ya que aún quería perseguir mi sueño de ser chef y tener algún día mi propia cadena de restaurantes. La Factoría nace en el 2004 con una propuesta moderna y disruptiva para la época. Ofrecíamos platos inspirados en influencias mediterráneas pero con fusión peruana. Tuvimos mucho éxito con nuestro plato de ravioles de pato en salsa de naranja, salió como el mejor Raviol de Pato por RPP en el programa La Divina Comida. De la misma manera fue reconocido nuestro helado de albahaca con mermelada de tomate, motivo de entrevista en Aventura Culinaria con Gastón Acurio.
A pesar de irme muy bien con los dos locales que tenía, los horarios eran extremadamente sacrificados y criar a mis hijos a la par se hacía cada vez más complicado. Por ello decidí enfocarme únicamente en el rubro de catering y producción de eventos. Este rubro probablemente tiene los mismos o aún más sacrificados horarios que el restaurante, pero me permite manejar mis propios horarios. Otra ventaja que aproveché de este negocio es que involucré a mis hijos en la medida de lo posible. Los llevaba a los eventos y los ponía a decorar mesas, poner bocaditos, ordenar sillas, entre otras cosas, así pasábamos tiempo juntos y al mismo tiempo yo cumplía con mis clientes.
Poco a poco mi equipo ha ido creciendo, ahora mi hija de 25 años ocupa el puesto de Gerenta Comercial luego de haberse preparado en el extranjero y haber trabajado en el rubro de hotelería. Hoy después de 18 años puedo decir que los sueños se hacen realidad con mucho esfuerzo, dedicación y persistencia.